viernes, 24 de mayo de 2019

Alguna motivación para caminar?



Cuando subes cerros ademas de conseguir otro día de ejercicio, también logras tener una vista del espacio que te rodea, tu entorno social, el vecindario, si bien vives ahí, hacia donde miras cuando estas arriba, no puedes apreciar el entorno como tal, no es  real hasta cuando llegas a la cima o incluso a un lindo mirador no necesariamente en la cima. Allá arriba podrás apreciar de una lanzada de mirada todo lo que te rodea sin que este mismo te lo impida ver, algo así como cuando los arboles no dejan ver el bosque, cuando estas en la ciudad no puedes apreciar lo grande o pequeño que es, por estar midiendo con la escala que siempre usas, la escala humana y no con la que puedes usar cuando estas en altura y aprecias todo, ya no es tan grande la ciudad... cierto?.



Sin duda se pueden encontrar lugares que nos permiten esto, ponernos en un lugar en el mundo y decir este es lo que me corresponde, soy de este tamaño por lo tanto no debería hacer mas cambios en mi entorno como el que hace una hormiga en el patio de mi casa. Una vez en la cima no puedes dejar de contemplar todo como si fueras un gigante o un pájaro que vuela y ya no pertenecieras a ese lugar como antes, desligandote por completo o por lo menos hasta volver a bajar. Allá arriba podemos alcanzar los estados meditativos necesarios para ponernos en uno, o en conexión con el entorno. No es necesario realizar un retiro tipo Milarepa para ser parte de esto, no es necesario un retiro espiritual, contemplar por un momento desde las alturas nos enmudece ante la magnitud de nuestra realidad y de como nos movemos dentro de ella, y no solo por respeto a la madre naturaleza, que debemos tener este tipo de experiencias de conexión, si no que entendiendo que tu respiración aporta a al aire que respiran otros, tu eres parte de un sistema, y subir cerros da por un momento un escape a ser parte de esto y contemplar la maravilla humana allá abajo, quizás mejor arriba, quizás mejor abajo. 


 Ascender a un mirador siempre podría contarnos una historia, por si mismo las cimas tienen sus historias y los caminos también, pero en muchos casos son los hitos los que dan nombres a los cerros y estos indican travesías, lugares de peregrinación religiosa o deportiva, indicios de vida en la historia y aparentes intentos de destrucción. Algunos lo siguen intentando ya que por mucho tiempo hay quienes se han adueñado de los cerros y quieren socavar sus entrañas en búsqueda de riquezas, quitando para los caminantes lugares de única belleza, contacto directo con el principio del mundo, un viaje en el tiempo en el cual rompes la puerta de la cuarta dimensión, un lugar donde todos los presentes son el mismo, lugares que son tan poco intervenidos que dan la impresión de que encontrarte con alguien de hace quinientos años caminando un sendero igual que tu no es tan extraño. Estos hitos nos cuentan quienes caminaban hasta aquí antes o quien fue el primero en ascender, pareciera que es importante para algunos dejar rastro, pero es mejor que el entorno haga rasgos mas que dejar rastros en nuestro pensamiento, otros vendrán por nuestro hitos destruyéndolos, mas no por nuestros recuerdos, el instante en que fuimos uno con la montaña y esta nos enseño la plenitud y la inmensidad de su entorno un movimiento infinito e imperceptible, el paso del tiempo para quienes tienen millones de años.


Esos lugares en nuestra memoria nunca dejaran de imprimir emociones en nuestro ser, nunca habrá paso del tiempo para ellos, el registro sera eterno.


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