El recorrido comienza a los 1700msnm en la comunidad de El Colorado, quienes ocupan estas tierras desde hace mas de cien años disfrutando de la naturaleza y viviendo en equilibrio con el entorno, cultivando sus alimentos y dedicados a la crianza de cabras y la producción de queso, los cuales durante el verano es mas abundante ya que los comuneros suben mas arriba en la montaña a buscar alimento apara sus animales.
Una vez ya pasado por el pueblo en un sendero de autos que lleva hasta la entrada a Las Tolas encontramos las señales que nos indican que el sendero por el cerro comienza, después de informarnos sobre este sendero y de lo que encontraremos en el lugar.
Mucho Pingo Pingo y Sandillones es la flora que predomina en el lugar, una oportunidad para comprender como el tiempo pasa y como se desarrolla la vida en lugares donde el agua es de vital importancia para la flora del lugar.
Las vistas desde este lugar son definitivamente maravillosas, el silencio y la vibración hacen de este lugar uno con mucha energia, que podemos percibir y recibir si somos capaces de conectar con la naturaleza, el entorno y uno mismo, una oportunidad unica para sentirnos parte de este universo de esta realidad y del entorno, complementandonos con el agua, el aire, la tierra y los demas elementos que conforman el paisaje que encontramos en las alturas. Somos lo mismo que la flora y la fauna del lugar, simplemente somos otras manifestaciones de esta naturaleza maravillosa, por lo tanto nosotros tambien somos maravilla que se aprecia a si misma cuando comprende el lugar que le corresponde en esta realidad, universo, plano energetico o como quieras llamarle.
Una vez arriba el aire penetra en nuestro cuerpo como si siempre hubiese pertenecido ahí, como si estuviera volviendo a la fuente, dándonos la energia necesaria para vivir como la naturaleza encomienda, agradecido de cada minuto y lugar en el que estamos, fundiendonos con el entorno, formando una sola energia, una sola vibracion, un solo ente que se percibe asi mismo como algo que no tiene ni principio ni fin, cuando comprendemos que nuestra existencia y realidad es solo una parte del todo, pero que aun asi somos parte importante, ya que de no ser por la conciencia que alojamos en nuestras mentes no podríamos apreciar de esta manera lo que la naturaleza tiene para nosotros, en donde incluso nosotros somos motivo de admiración y emoción, somos la maxima expresión de la naturaleza, somos el universo comtemplandose y experimentandose a si mismo.
Si luego de la caminata nos ubicamos en un buen lugar podemos apreciar el sol bajo la linea del horizonte el cual nos regala las postales maravillosas de su arte llamado Arrebol, que deslumbra con sus últimos rayos de sol a esta parte del mundo y solo toca a las nubes delicadamente desde los profundo del espacio, regalando a nuestros ojos maravillosos colores para hacernos sentir que nuestra existencia es solo un concepto comprado con el eterno resplandor del sol y sus manifestaciones en nuestro entorno permitiéndonos sentir a la naturaleza dentro y fuera de nosotros, que estamos y somos en la naturaleza y que al fin y al cabo, somos como un sandillon o un cerro contemplando el triunfo de la existencia por siempre.